BARRANQUISMO EN EL CICERA
INTRODUCCIÓN
El barranquismo en Cantábria es sinónimo de naturaleza y verdor. Barrancos con agua limpia, preciosas cascadas y rodeados de una exuberante vegetación.
El barranco del Cicera no iba a a ser menos, y lo recorrimos sin prisas, paso a paso y disfrutando desde que salimos del aparcamiento de este bonito pueblo del concejo de Peñarrubia.
Tras una serie de pequeños resaltes y caminando por el rio, nos encontramos con el primer obstáculo en forma de salto, unos dos metros, que nos permitirá darnos el primer chapuzón en una poza profunda con aguas frías y cristalinas. Un buen rincón para huir del calor del verano.
Un rapel de 8 metros y otro de 10 serán la presentación para la siguiente parte del barranco, el primero muy sencillito, ideal para iniciarse en estos menesteres, el segundo, algo mas irregular y por el caudal de la cascada nos depositará en una poza preciosa rodeada del intenso verde de los bosques, un autentico lujo.
El barranco del Cicera tiene continuos escapes, ya que se trata de un barranco abierto y poco excavado, lo cual nos permite decidir cuando es suficiente y abandonarlo en caso de problemas.
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Volviendo al descenso, a través de un pasamanos fijo nos acercamos hasta la cabecera del tercer rapel, de unos 8 metros, que nos deposita en un rincón de la poza junto a la cascada, una vez abajo y para continuar, no nos quedará mas remedio que pasar por debajo del chorro de la caída del agua y nadar hasta salir de la marmita, sin duda, un estético rapel que nos animará para afrontar la última parte del descenso.
Nos acercamos sin prisa pero sin pausa a la parte final del barranco y nos espera el plato fuerte, una cascada de 22 metros que nos dejará boquiabiertos. La cabecera espectacular con increíbles vistas de las montañas del desfiladero de la Hermida, el rapel estético y la panorámica de la cascada desde su base es de las mas bonitas de este sector de la cordillera. Una despedida de lujo!!
Ojito a los roces de cuerda en este rapel. Maniobra a gestionar por nuestra seguridad
Ahora solo nos queda salir por la izquierda, remontar un repecho por senda entre magníficas hayas y retornar por cómodo camino hasta Cicera. Castaños, Avellanos, Robles y Hayas nos acompañarán hasta el pueblo, enclavado entre montañas y rodeado de verdes prados.
Continuamos disfrutando del paraíso
SALUD Y MONTAÑAS